miércoles, 9 de febrero de 2011

Una de las razones para no leer basura comercial

 Y  no lo digo yo, lo dice Enrique Vila-Matas en su novela Dublinesca:

" (...) La novela gótica, forjó la estúpida leyenda del lector pasivo. Sueña con un día en que la caída del hechizo del best-seller dé paso a una reaparición del lector con talento y se planteen los términos de contrato moral entre autor y público. Sueña con un día en que puedan respirar de nuevo los editores literarios, aquellos que se desviven por un lector activo, por un lector lo suficientemente abierto como para comprar un libro y permitir en su mente el dibujo de una conciencia radicalmente diferente a la suya propia. Cree que si se exige talento al editor literario o a un escritor, debe exigírsele también al lector. Porque no hay que engañarse: el viaje a la lectura pasa muchas veces por terrenos difíciles  que exigen capacidad de emoción inteligente, deseos de comprender al otro y de acercarse a un lenguaje distinto al de nuestra tiranías cotidianas. Como dice Vilem Vok, no es tan sencillo sentir el mundo como lo sintió Kafka, un mundo en el que se niega el movimiento y resulta imposible siquiera ir de un poblado a otro. Las mismas habilidades que se necesitan para escribir, se necesitan para leer. Los escritores fallan a los lectores, pero también ocurre al revés y los lectores fallan a los escritores cuando solo buscan en estos la confirmación de que el mundo es como lo ven ellos."

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