sábado, 5 de febrero de 2011

"A Sangre fría" de Truman Capote

Como muchas otras novelas de mi vida, mi padre me dice "toma" y yo la leo. No sabía absolutamente nada del autor (solo que hace unos años hicieron una película sobre él y tenía cara de tontuelo). Me puse a leer sin más, evitando como siempre la contraportada.
La novela cuenta la historia real del asesinato de una familia al completo -la familia Clutter- en Holcomb, un pequeño pueblo de kansas. 
Al parecer, Capote estuvo durante años documentándose para escribir la novela. Durante este tiempo, pudo conocer a fondo a los habitantes aquel pequeño pueblo de granjeros. Según dijo: “Al principio fue duro. Pero ahora soy casi el alcalde”
Lo que me pregunto es ¿qué  comentarios le hicieron los vecinos de Holcomb para que, en la novela, la familia asesinada apareciera con ese halo de perfección repelente e irrealidad? Esto es así a pesar de la cantidad de datos completamente reales, a modo de ficha policial que se incluyen. Pero no sería tan grave si no contrastara tanto con la profunda caracterización de los asesinos, que llegaron a ser amigos íntimos del autor en la vida real. Ellos son realmente los protagonistas de la novela. En concreto uno de ellos, Perry, que es además el que mató a todos los miembros de la familia.
Y nada, que no podía parar de leer, y ni siquiera me sentía mal por compadecer y comprender al asesino de esas cuatro personas inocentes.
Esto es lo que parece querer decir: "Sí, pobre gente, pero lo tenían todo y no es justo que al mismo tiempo hubiera otros con una vida tan perra como los asesinos. Esta sociedad no es justa y por tanto es normal que sucedan este tipo de cosas".
Otra cosa que resulta magistral en la novela es la manera en la que te hace reflexionar acerca de la pena de muerte. No tienen desperdicio las palabras que pronuncia Perry en la parte de la novela en la que se celebra el juicio:

"Esos machos de pradera votarán para que nos cuelguen como cerdos que se tiran a la pitanza. No hay más que mirarles a los ojos. Que me aspen si soy el único asesino de la sala"

Otro momento muy lúcido de este personaje, es cuando reflexiona acerca de por qué es tan terrible matar, y sobre todo, por qué es tan terrible en algunos casos y no en otros:

"-¿Por qué? Los militares no pierden el sueño. Asesinan y encima les dan medallas. Las buenas gentes de Kansas quieren matarme y algún verdugo estará encantado de hacer el trabajo. Matar es muy fácil, mucho más que pasar un cheque falso. Recuerda una cosa: yo conocí a los Clutter durante una hora quizá. Si de veras los hubiera conocido, imagino que mis sentimientos serían diferentes. Que me sentiría asqueado de mi mismo. Pero tal como fue la cosa, era como disparar en un tiro al blanco de feria."

Hay muchos otros comentarios sobre la pena de muerte, pronunciados por los muchos personajes de esta novela. Está por ejemplo lo que piensa Dick, en mi opinión válida por lo sincera y realista:

"Y bueno, ¿qué se puede decir sobre la pena de muerte? Yo no estoy en contra. Se trata de una venganza, ¿y qué tiene de malo la venganza? Es muy importante. Si yo fuera pariente de los Clutter o de cualquiera de aquellos que York o Lathan despacharon, no podría descansar en paz hasta ver a los responsables colgando de la horca. Esa gente que escribe cartas a los periódicos. El otro día en un diario de Topeka había dos, una de un ministro. Preguntando, en resumen, qué clase de farsa era esta, por qué esos hijos de puta de Hickock y Smith tienen aún el cuello entero, y cómo esos asesinos hijos de puta todavía están comiendo de los dineros del contribuyente. Bueno, comprendo su punto de vista. Que están que rabian porque no consiguen lo que quieren: venganza. Y no lo van a conseguir si yo puedo evitarlo. Yo creo en la horca. Mientras no sea a mi a quien cuelguen."

Otras veces, sin embargo, sobran las opiniones, como en esta descripción de la ejecución de Dick:

"El escotillón cayó y Hickock quedó colgando a la vista de todos durante veinte minutos enteros, hasta que al final el doctor dijo:
      -Declaro que este hombre ha muerto"

2 comentarios:

  1. No tengo nada contra la venganza. Sí mucho contra esos "respetables" que piden al papá Estado que mate por ellos, esperan con sangre fría años (y a veces décadas), se sientan a verlo como un espectáculo y, después de haber hecho eliminar a una persona de este mundo, se van a casa a comerse su cena caliente con el sentimiento de deber cumplido. Francamente comprendo mucho más al que coge un hacha, va a buscar al que hizo daño a un ser querido, y le rompe la cabeza. No es que añore los tiempos de la venganza tomada por su mano, pero apesta a hipocresía y podredumbre moral este intento de convertir un asesinato (que es lo que es la pena de muerte, por muchas vueltas que se le den) en algo aséptico, burocrático, limpio, respetable...

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  2. Estoy totalmente de acuerdo en lo que dices. Cuando digo que la opinión de Dick me parece válida, es porque llama a las cosas por su nombre, e iguala la venganza a la pena de muerte, cosa que los defesores niegan rotundamente)
    POr cierto que en el caso de estos asesinos, esperaron más de 5 años la ejecución, mientras vivían en condicines infrahumanas en la prisión,lo cual también se describe en la novela:
    "Los privilegios concedidos a lor presos comunes les estaban vedados: no radios, no cartas, ni siquiera un rato de ejercicio. En realidad, no estaban autorizados a dejar la celda a excepción hecha del sábado en que los llevaban a la ducha y a continuación les entregaban la muda."
    O en una carta de uno de los asesinos:
    ""Hace tanto calor que mi piel apesta. Procuro no moverme mucho. Me paso el día sentado en el suelo: la cama está demasiado sudada para echarme en ella. El hedor que despido me da nauseas porque solo me baño una vez a la semana y siempre llevo puesta la misma ropa. Nada de ventilación y las bombillas siempre encendidas calientan aún más el aire. Las chinches siguen saltando en las paredes."

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